La historia no comenzó de lo mejor: el Nico conoció a Pedro cuando éste fue presentado como el pololo de su hermana. Afortunadamente, las cosas mejoraron cuando ellos terminaron. Y mientras Pedro se dedicaba a hacer fiestas en tugurios clandestinos, el Nico iba a recitales punk en tugurios clandestinos. Pedro sacó su flamante cartón de Licenciado en Turismo y el Nico se titulaba a punta de porrazos de periodista y se cabreaba de trabajar para la famosa moledora de carne de Vicuña Mackenna con Ñuble.

Entonces, en 2002, sacó la primera revista de ciclismo en Chile -Contrapedal- y fundó junto a otro socio el hoy famoso Valparaíso Cerro Abajo. A los pocos años Pedro le ofreció un nuevo negocio: una empresa de tours en bicicleta, Bike and Views. Junto a otros amigos, instalaron sus dependencias sobre un bar en que el Nico tenía participación, el Puramente. Todos los inviernos se congelaban en unas oficinas pasadas a pucho porque estaban junto a un garito de póker clandestino. Cuando el Nico se retiró del bar, llamó a Pedro para comentarle de una idea que había querido materializar hace tiempo: un bar que fuera amigable con las bicicletas, algo que por ahí en el 2008 a nadie le interesaba.

La foto no es muy buena pero representa un momento muy emotivo, la inauguración de un nuevo sueño

Un grupo de amigos llegó para completar el grupo. Y como no iban a ser el complemento que concretara la sociedad con un nombre como Pitchers. Así, entre todos, nace Caramagnola Bike and Beer. La casa matriz de Bilbao se inicia como hamburguesería. Un total fracaso. Luego prueban las pizzas y después de varios intentos dan con una masa delgada y crujiente que mantiene la misma receta hasta hoy.

Al comienzo, en 2009, las cosas van más o menos. Mas o menos mal: los comensales pasan de largo buscando el hasta entonces conocido Barrio Cervecero de Bilbao. El Nico y Pedro encuentran nuevo trabajo y hacen de palo blanco para atraer comensales que los ignoraban. Pero pronto entró un cliente, luego fueron 2, 4, 8…y así comenzó a prender. A la gente le gustó el ambiente casero-playero-relajado del lugar, su variedad de cervezas en barril y claro, sus pizzas. Cuando el primer piso quedó chico, decidieron que las actividades “extracurriculares” del segundo debían terminar dando paso a la primera ampliación de Caramagnola.

Hacia el año 2014 ampliaron horizontes y nacía el Caramagnola de Aguas Claras en una estupenda terraza esquinada con Príncipe de Gales donde también podían vender destilados. En 2017 nace el Desafío Caramagnola 10/10, una carrera sólo para valientes que pone a prueba el espíritu del local que une el ciclismo y la vida de bar en su búsqueda del Líder Eterno. Uno de sus primeros corredores se transforma en maestro cervecero personal del bar y saca algunos mostos únicos y de edición limitada bajo la marca, los cuáles rápido llegan y rápido se van garganta abajo.

En 2018 nace su tercera casa. Le dicen Hernando de Aguirre, el 3, la Cantina, etc. Con sus mesas de pic nic afuera se transforma en el lugar favorito de los vecinos del barrio de Providencia, ubicado en el primer piso de un flamante edificio de ladrillo rojo restaurado por sus dueños. Y luego, el coronavirus. Los locales deben cerrar y sólo sobrevive de alguna forma con el delivery. La historia se vuelve a oscurecer un poco…dicen que la vida es cíclica. Entonces habrá que esperar a que las cosas, al igual que al inicio de esta historia, vuelvan a mejorar.